Miopía

La miopía es una alteración de la refracción en la que los objetos lejanos se enfocan por delante de la retina y no sobre ella. Esto origina que la visión de dichos objetos sea borrosa.

Una persona con miopía tiene dificultades para enfocar bien los objetos lejanos, lo que puede conducir también a dolores de cabeza, estrabismo, incomodidad visual e irritación del ojo.

La magnitud o cantidad de la miopía se mide en dioptrías negativas desde el punto de vista óptico La miopía se puede compensar con lentes divergentes. Esto se puede llevar a cabo con gafas convencionales o con lentes de contacto. Igualmente la miopía se puede compensar con cirugía refractiva a partir de una edad, generalmente 21 años, con defecto refractivo estable y siempre que se tengan unas medidas en el ojo determinadas, sobre todo en el grosor y en la curvatura de la córnea.

La miopía se puede dividir en dos grandes grupos:

Miopía simple: La graduación en dioptrías no es elevada, pero sobre todo la diferencia el hecho de no presentar ninguna alteración retiniana. Suele progresar hasta el final del desarrollo que se hace estable.

Miopía patológica, miopía magna o miopía progresiva: La graduación en este caso suele ser elevada; se cree que está causada por una alteración en el desarrollo del segmento posterior del ojo, y se caracteriza porque presenta lesiones retinianas características tales como el cono miópico, la hipopigmentación retiniana, la atrofia coriorretiniana y la maculopatía miópica. Estos pacientes presentan una mayor predisposición al desprendimiento de retina.

Tratamiento

En la mayor parte de las personas con miopía, el uso de unas gafas o lentes de contacto o mediante la implantación de una lente intraocular mejora su agudeza visual. Actualmente una alternativa muy utilizada es el tratamiento mediante cirugía con láser excimer. Existen diferentes técnicas en la actualidad, conocidas como PRK, LASIK, LASEK o EPILASIK.

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