Retinopatía Diabética

La Retinopatía Diabética es una de las complicaciones a largo plazo de la retina provocada por la Diabetes Mellitus. Aparece en la Diabetes Mellitus Tipo 1 o juvenil en el 98% de los pacientes a los 20 años de enfermedad y en la Diabetes Mellitus Tipo 2 o del adulto en el 60% a los 20 años de duración de la diabetes. La retinopatía diabética es la causa más frecuente de ceguera legal entre los 20 y los 65 años en los países industrializados. Se origina por el daño que sufren los vasos sanguíneos que nutren la

retina, como consecuencia de altos niveles de glucosa en sangre mantenidos durante largo tiempo.

Factores de riesgo. Los principales factores de riesgo son:

La duración de la diabetes: numerosos estudios epidemiológicos confirman que a más tiempo de evolución de una diabetes existe una mayor probabilidad de desarrollar una retinopatía diabética.

Mal control metabólico: un adecuado control metabólico de la glucemia, puede prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad.

Edad al diagnóstico: en pacientes diagnosticados de diabetes antes de los 30 años de edad, la incidencia de retinopatía diabética después de 10 años es del 50% y después de 30 años del 90%.

Otros factores:

La enfermedad renal (microalbuminuria), la hipertensión arterial, la obesidad así como hiperlipidemias y anemia son otros factores de riesgo a tener en cuenta en esta patología ocular. Se considera igualmente que el tabaquismo y el consumo de alcohol podrían tener alguna relación con la progresión de una retinopatía diabética.

Daños en la retina La diabetes produce dos tipos de lesiones vasculares en la retina:

Aumento de la permeabilidad de los pequeños vasos sanguíneos, lo que determina una salida de líquido de los mismos, originando un edema retiniano, que cuando afecta al centro de la retina (mácula), se denomina edema macular y produce una alteración de la visión central en el paciente. 

Hemorragias que pueden quedarse limitadas a la retina o extenderse al contenido gelatinoso del ojo (humor vítreo).  

Síntomas

Entre los síntomas que pueden hacer sospechar una retinopatía diabética están:

  • Disminución de la visión nocturna. 
  • Pobre recuperación de la visión posterior a una exposición a la luz brillante. 
  • Alteraciones en la visión de colores.
  • Fluctuaciónn de la visión.
  • Visualización de pequeñas manchas que flotan y se mueven.
  • En etapas ya avanzadas se puede notar una importante pérdida de visión en el centro de la imagen o incluso una pérdida total cuando se produce una hemorragia masiva en el humor vítreo.
  • Es importante destacar que para que aparezcan síntomas, la enfermedad debe estar en fases ya avanzadas y en esta situación el tratamiento no es tan efectivo. Es por eso mejor controlar la retinopatía antes de que aparezcan los síntomas.

Diagnóstico de la retinopatía diabética

Los signos que se producen en el fondo de ojo son muy característicos y fácilmente detectables por retinólogos expertos.

  • Hemorragias puntiformes o microaneurismas.
  • Hemorragias retinianas sin afectación visual.
  • Exudados blandos (algodonosos).
  • Exudados duros (lipídicos).
  • Edema macular.

Se realiza un examen completo con las siguientes pruebas diagnósticas:

  • Examen con lámpara de hendidura
  • Prueba de agudeza visual
  • Se debe examinar el fondo de ojo y combinarlo con al menos con una fotografía central de la retina mediante una angiografía con OCT, una prueba diagnóstica de gran precisión y detalle para detectar cualquier patología retiniana que pueda amenazar nuestra visión.

El objetivo debe ser detectar el inicio de la enfermedad cuando hay cambios mínimos en el fondo de ojo, puesto que hoy en día somos capaces de detener la progresión de la enfermedad evitando males mayores posteriores.

Tratamiento

Lo más importante en el tratamiento es que el paciente tenga un buen control metabólico de la Diabetes (hemoglobina glicosilada menor a 7%). En las primeras fases de la

enfermedad, el único tratamiento es el control de la propia diabetes. En los casos en que ya se han detectado alteraciones vasculares importantes, el tratamiento actual consiste en la utilización de la fotocoagulación con láser que ayuda, en el mejor de los casos, a estabilizar la enfermedad en la retina, pero no sirve para la curación de la misma; el objeto del láser es reducir los vasos sanguíneos anormales y frágiles, evitando de este modo nuevas hemorragias. En los casos de edemas maculares, que no pueden tratarse con láser, se utiliza una medicación muy específica (antiangiogénicos) que se administra en el interior del ojo mediante inyecciones. Cuando existe una alteración en el humor vítreo, ya sea por hemorragias repetidas o por la formación de bridas que pueden traccionar de la retina y desprenderla, el tratamiento es quirúrgico y la técnica se denomina vitrectomía. La vitrectomía consiste en la eliminación del humor vítreo opacificado por la sangre y su sustitución por una solución salina. En cualquier caso es muy importante la prevención del daño producido por la Diabétes y la detección precoz del mismo.

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