El desprendimiento de retina puede presentarse desde destellos luminosos hasta pérdida de la visión. Desde Sanatorio Allende te contamos todo lo que necesitás saber sobre esta patología.
El desprendimiento de retina es una de las complicaciones más frecuentes que afectan al ojo. Esta enfermedad ocular consiste en la separación de dos unidades funcionales del ojo por la acumulación del líquido subretiniano entre ellas. Es decir, la retina sensorial interna se aparta del epitelio pigmentario externo y deja pasar el líquido que produce el desprendimiento de retina.
En otras palabras, la retina se separa de su posición normal debido a un desgarro y esto atenta contra la visión.
La retina tiene como función transformar la luz que ingresa por el ojo para que el cerebro lo convierta en las imágenes que vemos. Para tener una buena visión es necesario que todas las estructuras que conforman nuestros ojos estén sanas, debido a que la luz viaja a través de la córnea, cruzando las pupilas y el cristalino hasta llegar a la retina. Es por ello que, si las capas que la conforman se desprenden, no puede funcionar correctamente, y si no se trata de manera urgente puede significar una pérdida de la visión.
Si bien esta patología puede sucederle a personas de cualquier edad, es más común a partir de los 40 años, y es una condición que afecta más a los hombres que a las mujeres, esta diferencia ocurre debido a que están más expuestos por su trabajo a sufrir traumatismos que lo generen. Asimismo, se constituye como factor de riesgo en personas con antecedentes familiares de la enfermedad, que hayan sufrido alguna lesión en el ojo, o que presenten miopías elevadas (debido a que el largo axial del ojo es mayor y la retina más delgada, predisponiendo a padecer la patología).
En la mayoría de los casos, el paciente percibe destellos luminosos, moscas volantes, defectos de la vista (como sombra, visión central borrosa, pérdida rápida de la visión y/o pérdida total de la misma). Estos síntomas dependerán del grado de desprendimiento de retina.
La enfermedad ocurre sin dolor ya que la retina no tiene terminales nerviosas que lo generen. Sin embargo, ante la presencia de algunos de estos signos se recomienda acudir a un profesional de oftalmología que, a través de una exploración ocular y de la realización de un fondo de ojos, podrá indicar la existencia de desgarros en la retina. Esto le permitirá considerar la posibilidad de tratar esta lesión de manera precoz mediante láser antes que se provoque el desprendimiento de la misma. No obstante, puede ocurrir que esta patología aparezca sin presentar indicios previos como cuerpos flotantes o destellos luminosos. Es en estos casos, en que los pacientes notan una visión ondulante, acuosa y/o una sombra oscura.
El desprendimiento de retina es una urgencia médica que, si no se trata a tiempo, puede significar una pérdida visual irreversible, produciendo una atrofia progresiva de la retina.
El tratamiento para reparar el desprendimiento es siempre quirúrgico y se realiza de forma ambulatoria bajo anestesia local y sedación, lo que permitirá al paciente recuperarse y retomar a sus actividades cotidianas con mayor rapidez. Este procedimiento tiene como objetivo cerrar el desgarro a través de láser o crioterapia. Es decir, con la cirugía para reparar el desprendimiento de retina, se reubica en su lugar y se sella la rotura con láser para mantenerlo en su sitio.
Entre los procedimientos quirúrgicos empleados para tratar esta patología ocular se pueden mencionar la cirugía de cierre escleral que, con el objetivo de disminuir la apertura, adhiere un cinturón que rodea el ojo comprimiéndolo hacia adentro y haciendo que la retina se vuelva a unir a su pared interior. También se puede realizar una victrectomía, es decir la introducción de gas o aceite de silicona dentro del ojo para empujar la parte desprendida de la retina nuevamente a su lugar.
El porcentaje de recuperación de la vista depende del grado de desprendimiento de retina. Por ello, sea cual sea la técnica aplicada para tratar esta enfermedad se deben cumplimentar los cuidados postoperatorios indicados por el profesional, como permanecer en reposo durante una semana y colocar gotas.
Si bien, no existen grandes limitaciones posteriores al alta quirúrgico, el paciente puede hacer su vida con normalidad. La única excepción que se debe considerar, hasta que el médico lo indique, es no realizar viajes en avión, porque al tratarse de una cirugía reciente para reparar la retina, se coloca en el ojo un gas especial con el fin de mantenerla en su lugar hasta que se recupere. Es decir, ese cambio de presión ambiental por subirse a un avión, puede complicar la recuperación del ojo si no se toman los recaudos necesarios.
El Servicio de Oftalmología del Sanatorio Allende cuenta con un equipo de profesionales altamente calificados que, mediante diferentes estudios e instrumentos quirúrgicos, podrán establecer el procedimiento recomendado y adecuado a cada caso en particular, teniendo presente los riesgos y las indicaciones postoperatorias informadas por el médico.